domingo, 26 de julio de 2020

Seis décadas de servicio y un rol decisivo hacia el futuro


La cooperativa de Electricidad, Obras y Servicios Públicos de  Emilio V. Bunge cumple 60 años, en el marco de una realidad compleja.
  
Sede actual de la cooperativa, en el mismo edificio donde nació hace sesenta años atrás.
Por Tomás Penacino
        El lunes 30 de julio de 1960, vecinos reunidos en el salón de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, dieron vida a la Cooperativa Eléctrica de Emilio V. Bunge. Desde entonces, a ningún vecino escapa, que la entidad se ha convertido en uno de los ejes traccionadores de la economía local. El protagonismo social de la cooperativa, ha permitido por otra parte, que se constituyera en el “ángel custodio” de las instituciones locales, ayudando a nacer a algunas (tal el caso de la Escuela Especial N° 502) y contribuyendo al sostenimiento de otras.
El 60° aniversario encuentra a la cooperativa, inmersa en un contexto de pandemia mundial, de cuyos efectos no está exenta, por más que alguien tenga la creencia que, al menos a nivel local, se trata de “la gallina de los huevos de oro”.

Hacia nuevas formas de solidaridad
        El presidente de FEDECOBA y de la ALIANZA COOPERATIVA INTERNACIONAL, Ariel Guarco, expresaba recientemente que: “La pandemia es el momento del paradigma cooperativo. A nadie se le ocurriría que la mejor forma para resolver el tema es competir con el vecino. Hasta los nacionalismos más extremos han comprendido que de nada sirve la competencia. La solución sólo puede ser cooperativa.” El dirigente recogió expresiones del Papa Francisco ante el drama del COVID 19, que marcan de cierto modo un camino: “Nadie se salva solo”; “la tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad”; “Hay que practicar nuevas formas de solidaridad”.
A ningún buen observador escapa, que nada será igual a partir de esta conmoción de la economía social que atraviesa el planeta. Para que nuestra cooperativa pueda seguir siendo protagonista fundamental en la vida de nuestro pueblo, deberá tomar nota de esta hora que reclama que ninguno de los actores que la componemos: socios, consejeros y empleados, “nos hagamos los distraídos”.

Compromiso, creatividad y grandeza
      Seguramente se hará necesario, en primer lugar, despertar a la participación. El “mirar desde afuera (siendo “parte” como socio y opinar sin aportes”) es uno de los principales dramas de gran parte del movimiento cooperativo. Este momento requerirá también del asesoramiento adecuado de los consejeros, acerca de los cambios estructurales que serán necesarios, no solo para sobrevivir a la pandemia, sino también para apuntalar nuevas iniciativas cooperativas que respondan a la demanda de estos tiempos. Aquí me permito señalar humildemente, dos espacios que deberían enfrentarse: la educación digital y el incentivo para la promoción de cooperativas de trabajo que den respuesta al aumento de la ocupación informal y a la falta de oportunidades laborales.
Por último, la coyuntura exige también actos de grandeza, no solo de los socios que, abandonando sus ocupaciones, ofrezcan su tiempo y capacidades para el bien común, sino también del personal, que si bien su actitud de servicio es siempre resaltada, se ve empañada a veces por actitudes que no se condicen con este alto concepto.
          Tomar nota de estos temas, será el mejor modo de celebrar, en la austeridad y el silencio que la hora impone, los sesenta años de aquel día en que nuestros mayores, decidieron que la organización cooperativa era el gran modo de darse respuestas a las demandas de la comunidad.




domingo, 23 de febrero de 2020

Buenos Aires – Bunge en bicicleta


Los hermanos Sebastián y Emmanuel Cenizo recorrieron  casi 500 kilómetros en su primer raid ciclístico, que los abre a nuevas aventuras.

Por Tomás E Penacino

La idea de venir a Bunge a comer un asado, surgida en el seno de una reunión familiar, no parecía algo fuera de la común, ya que la casa paterna, habitada por “El Chueco” (Rubén Omar) está gratamente habituada a recibir a los cuatro hermanos Cenizo a compartir la vida. Lo original fue que, el desafío que Sebastián lanzó a Emmanuel, era, venirse al pago que los vio nacer, desde la casa del primero en el barrio porteño de Liniers, en bicicleta.
Hubo por supuesto, un par de meses de preparación,  período de tiempo en el que  fueron reuniendo el equipamiento necesario. Es que el proyecto fue auto abastecerse en el camino, sin equipo de apoyo alguno.
Por fin el miércoles 19 de febrero, se pusieron en marcha. Hicieron la primera parada para pernoctar y reponer fuerzas en Carmen de Areco. Al día siguiente, siempre por la ruta nacional N° 7, pedalearon hasta llegar a Junín y pasar allí la noche del jueves. El día viernes, abandonaron la ruta nacional a la altura de la localidad de Juan Bautista Alberdi. Luego de hacer un tramo pavimentado hasta Germania, optaron por el camino de tierra. Los recibiría la pequeña localidad de Ingeniero Balbín, en el partido de General Pinto, con apenas un par de decenas de habitantes y su calles de pasto. Allí la hospitalidad de un vecino, les permitió acampar en el patio de su casa y hasta los sorprendió al día siguiente, acercándoles pan casero para el desayuno.
El tramo final del día sábado, los encontró a los hermanos pasando por Pichincha, Santa Eleodora y Piedritas. Aquí retomaron camino pavimentado hasta Bunge.
En esta etapa final, los acompañó Rubén “Palomo” Leyton, con numerosas travesías ciclísticas en su historial.
Alrededor de las siete y media de la tarde del sábado 22, los raidistas arribaron al portal de Emilio V. Bunge donde eran aguardados por familiares y algunos vecinos.
Tanto Sebastián como Emanuel, valoraron como muy positiva la experiencia. Ambos coincidieron también que, si sus familias prestan acuerdo, seguramente podrán hacerse nuevamente al camino, para disfrutar del paisaje y vivir momentos únicos, que solo pueden experimentarse desde la altura de una bicicleta.

Rumbo al pago
Antes de partir desde la casa de Sebastián, en Liniers

Cerca de Chacabuco en la segunda jornada

¡Elongando!


Encuentro fortuito con unos tíos en el camino

Con el hospitalario vecino de Ingeniero Balbin

Sacándose el frío antes de emprender el último tramo

Acompañados por Rubén Leyton en el camino Piedritas -Bunge


Junto a familiares y amigos en el portal de acceso a Emilio V. Bunge