Hemos observado que la
soja, lejos de recluirse en zonas aisladas de la población, se sigue sembrando a la puerta de
nuestros pueblos. En Emilio V. Bunge, existe un sembradío a escasos 250 metros
del Barrio Nuestra Señora de Lujan (foto). En Piedritas, es posible observar en
la intercesión de la ruta nacional Nº 33 y el acceso a la localidad, una
fracción de campo con soja, con viviendas que se ubican a algunas decenas de
metros de distancia del mismo.
¿Qué dice la ley?
La Ley provincial de Agroquímicos nº 6312 establece expresamente en su ART. 37º: “Prohíbase la aplicación terrestre de productos fitosanitarios de clase toxicológica A y B dentro del radio de quinientos (500) metros de las plantas urbanas, la aplicación por este medio de productos de clase toxicológica C y D se podrá realizar dentro del radio de los quinientos (500) metros y conforme a la reglamentación”.
Una inspección que no existe, al menos en nuestro conocimiento, es la única que podría determinar a qué categoría corresponden los productos con que se fumigan los sembrados a tan escasos metros de los centros urbanos.
El color del peligro
Es posible encontrar a la vera de los caminos, bidones vacíos de estos productos. Sin llegar a manipularlos, por el alto riesgo que ello implica, tal vez pueda observarse, de acuerdo al color que figura en su etiqueta, el grado de peligrosidad que representa. Según la escala conocida públicamente, el color rojo indica: Tóxico y Muy Tóxico; el color amarillo: Dañino; el color azul: ligeramente peligroso y el color verde: Precaución.
¿Qué dice la ley?
La Ley provincial de Agroquímicos nº 6312 establece expresamente en su ART. 37º: “Prohíbase la aplicación terrestre de productos fitosanitarios de clase toxicológica A y B dentro del radio de quinientos (500) metros de las plantas urbanas, la aplicación por este medio de productos de clase toxicológica C y D se podrá realizar dentro del radio de los quinientos (500) metros y conforme a la reglamentación”.
Una inspección que no existe, al menos en nuestro conocimiento, es la única que podría determinar a qué categoría corresponden los productos con que se fumigan los sembrados a tan escasos metros de los centros urbanos.
El color del peligro
Es posible encontrar a la vera de los caminos, bidones vacíos de estos productos. Sin llegar a manipularlos, por el alto riesgo que ello implica, tal vez pueda observarse, de acuerdo al color que figura en su etiqueta, el grado de peligrosidad que representa. Según la escala conocida públicamente, el color rojo indica: Tóxico y Muy Tóxico; el color amarillo: Dañino; el color azul: ligeramente peligroso y el color verde: Precaución.
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