sábado, 19 de diciembre de 2015

Una fiesta que pudo terminar en tragedia



Dos autos protagonizaron un violento choque en la esquina de Laura Gariboldi y Europa
 
Pasadas las 6 de la mañana de este sábado 19, luego de la finalización del baile de egresados de la promoción 2015 del instituto Secundario “San Juan Nepomuceno”, un fuerte golpe interrumpió el descanso de los vecinos. Un automóvil Volkswagen Gol conducido por Federico Gielis, que circulaba por la calle Laura Gariboldi con dirección hacia el Norte, impactó violentamente en la intersección de la calle Europa, contra un automóvil Renault Megane conducido por Cristian Gómez quien se dirigía con dirección hacia el Oeste. En el primero de los vehículos viajaban además del conductor, tres jóvenes de la localidad, en tanto en el Renault iba otra persona joven también de Emilio V Bunge. El choque tremendo hizo que el Renault  quedara sobre el cordón de la vereda frente a al domicilio de Elba Iturria en tanto que el Gol blanco recién detuvo su carrera unos cincuenta metros más adelante, frente al domicilio de Zulma y Juan Carlos Fogliatto, perdiendo en el camino parte de la carrocería. Intervino rápidamente la policía quien  luego de verificar que, milagrosamente no había heridos, se retiró del lugar.
EXTREMAR CONTROLES
          Por las características de la colisión, el saldo pudo haber sido mucho peor en cuanto a los daños físicos sufridos por los ocupantes de ambos vehículos, que se limitó a algunas contusiones. Esto pone de manifiesto una vez más, la necesidad urgente de revisar algunas cosas: por un lado la responsabilidad de los conductores ya que según el informe de los vecinos, el Gol venía a altísima velocidad. Por otra parte la necesidad, no solo en esta circunstancia de que, las nuevas autoridades municipales en conjunto con la policía, apliquen la reglamentación vigente en materia de transito con todo su rigor,  en salvaguarda de la vida de los mismos conductores y habitantes en general.
           Se observa constantemente en el pueblo a menores conduciendo vehículos, la mayoría de ellos, por la edad que registran, sin licencia de conducir; niños a bordo de motocicletas, obviamente también sin licencia, ni casco protector. A esto se suma el retorno de los cuatriciclos, los que, consultada a la autoridad policial, tienen prohibida su circulación en zona urbana, solo permitida para el área rural. Al bordo de estos rodados suele verse a adultos y lo que es peor a menores conduciendo a altas velocidades.
¡BASTA DE MIRAR PARA OTRO LADO!
          Hace bastante tiempo, por providencia divina, que Bunge no tiene que llorar la pérdida de sus hijos en accidentes de tránsito como sí lo han padecido recientemente comunidades vecinas. Sería muy importante que las autoridades y en especial los padres, silenciosos cómplices de los desatinos de sus hijos, no sigan confiando en que la buena fortuna resuelva lo que la impericia, la irresponsabilidad y la desidia, no quieren enfrentar.
 
 

 

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