lunes, 11 de octubre de 2010

Adiós a un querido vecino


En las primeras horas del lunes 11 de octubre el gran corazón de Juancito Nievas detuvo su marcha. La crónica podría decir simplemente que Juan Paulo Nievas, miembro de una numerosa familia arraigada desde largas décadas en el pueblo, dejó de existir a los 68 años de edad. Pero Juancito "era y será Bunge". Este hueco enorme de ausencia que deja su partida solo podrá ser llenado por su permanente recuerdo. Como buen albañil fue construyendo su vida y su familia desde los sólidos cimientos de la Fe cristiana; la honradez; la capacidad de sacrificio; la bohonomía; la solidaridad. Juancito fue un apasionado por la vida que encerraba otras pasiones no menores para él como el fútbol y esas dos camisetas que nunca se sacaría: una la vistió: la de Futbol Club; la otra le llevaba piel adentro: la de River Plate. Juancito, lo cargábamos siempre: algo no cierra: "Hincha de River y peronista" y él reía. Soñador de cosas buenas. "Japonés, me dijo no hace mucho, hay unos terrenos baldíos enfrente de casa". Armá una capilla, algo para los pibes ahí".
Se fue de pesca el domingo. Al volver lo llamaría a "Cacho" Marcos su cuñado y vecino para que le contara el partido de Bunge y Eclipse. Es que aún estando afuera del pago su corazón estaba aqui queriendo captar todo lo que pasaba. Se nos fue Juancito pero se quedará y no es una metáfora o simple consuelo. El sabía bien que el amor vence la muerte y no podemos dudar de que él vive. Vive y espera por nosotros mientras, desde algún lugar del cielo, sigue construyendo junto a tantos que ya partieron la convivencia pueblerina por que sigue siendo de los nuestros. El pueblo lo sentirá de verdad pero tendrá en él otro motivo para seguir caminando sin olvidar las lecciones de los sencillos maestros de vida que Tata Dios nos pone todo el tiempo a nuestro lado.

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