Una nueva manifestación de incomprensible rebeldía (¿juvenil?) se ha vivido en nuestro pueblo. El viernes último la comunidad descubrió con indignación que manos anómimas habían escrito con pintura en aerosol la palabra "Flogger" en distintos lugares tales como el frente de la Escuela n° 12, la plazoleta de los colonos, el Jardín de Infantes y el monumento a Emilio Vicente Bunge. Meses atras fue la profanación de tumbas en el cementerio con publicación y todo, en las llamadas redes sociales, de fotos de jóvenes de nuestro pueblo obtenidas allí. Es un signo más de la descomposicion social que ha alcanzado a estos lugares también.
Forasteros que se quedan
El jefe del registro civil local comentaba días atras que son casi trecientas las personas que están viviendo en Bunge y de los cuales no se conoce ni origen ni ocupación. El pueblo siempre se mostró receptivo a los forasteros pero, desde hace algunos años, tal vez por oportunidades transitorias de trabajo o por algunos niveles de impunidad que han permitido, entre otras cosas, la oferta y consumo de droga, se ha enrarecido el clima de convivencia y "caras desconocidas" ya son parte del paisaje cotidiano.
A los palos por el lomo
Escenas violentas como las protagonizadas por uno de los conserjes del Club Social arremetiendo con un palo contra la humanidad de uno de estos "pseudo forasteros" cansado de sus tropelías, es otro signo. Es de esperar una mayor acción policial y también una participación activa de las autoridades municipales. Automoviles y camionetas circulando a alta velocidad por las calles centricas, menores conduciendo, conductores de motos con escape libre, sin casco son tambien señales de alerta que quienes deben, tienen que verlo. Muchos vecinos estan inquietos pero no hay interlocutores válidos, esa es la realidad. Ya pasó el tiempo de acostarse a dormir en Bunge dejando la bicicleta en la vereda. ¡Una verdadera pena!
No hay comentarios:
Publicar un comentario