Tal como lo anunciaban los meteorólogos, la ansiada lluvia se hizo presente en el nuevo año. Tres milímetros el lunes y alrededor de cuarenta el 4 de enero, cambiaron la faz de la tierra y del vecindario. Si bien se espera que esto continúe para permitir la recuperación de los pastos y sembrados, otro ánimo se percibe en el aire. Una decena de fieles, no más, dio gracias a Dios por la lluvia en la Santa Misa luego de pedirla con insistencia durante largas semanas. Tal como decía un recordado sacerdote de Banderaló, la colecta no alcanzó ni para los primeros truenos pero la Providencia Divina se manifestó de todos modos.
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