domingo, 24 de febrero de 2013

Con el corazón en la boca









La angustia que la tormenta aportó con un fuerte viento y algunas gotas, pasadas las 8 y media de la noche, no pudo desprenderse del ánimo de los presentes en toda la primera jornada del carnaval 2013, este sábado 23 de febrero.
Pese a todo la primera noche puedo desarrollarse casi con normalidad. Un número estimado en más de 2.700 personas, superando incluso la primera noche del corso 2012, habla de un público fiel al carnaval de Bunge que no se amedrentó ya que, a los locales se le sumó gente llegada de Santa Regina, Coronel Charlone; muchos de Piedritas y seguramente de otros lugares que no pudimos determinar. A las diez y cuarto, Lorenzo Arozarena, veterano de muchas luchas, le dio ingreso al corso al Rey Momo que será quemado en la última jornada del sábado próximo. Le siguieron Los Arlequines, alumnos de la Escuela Nº 12 acompañados por docentes y madres. Vinieron luego, un toro presumiblemente local y uno de General Pinto, atracción mecánica que  con el nombre de "El Desacatado" arrancó los primeros aplausos de la noche; "Los angelitos bungenses" con una batucada de adultos que le dio mayor ritmo a las bailarinas; Los bebotes" que fueron tal vez el número humorístico más importante de la noche; Las  carrozas "Bar Miami" "La banda de los pibes churros" invitando a bailar a los presentes; "El reino del terror"; la agrupación villeguense "Fhilos do a Cafú"; Un número de jinetes y "La yegua de mi suegra" montada sobre un ciclomotor con "El Gaucho Pobre" y "Don Tatin" con palenque para soltar la jineteada y todo. Siguió luego otro acierto en las contrataciones de la noche inaugural: "Las máscaras venecianas" del carnaval linqueño, un hermoso trabajo que despertó la admiración de todos. Cerca de las once y media de la noche ingresó la esperada Banda Kopa2. Los cuatro elementos de la vida: Aire; Agua; Fuego y Tierra estaban representados por distintos cuerpos de baile con sus respectiva vestimenta; el mundo de las fantasías simbolizado en duendes y hadas y los integrantes de batukada caracterizados también como duendes, llenaron de color, ritmo y danza la noche; pero tenía algo más para ofrecer la comparsa local en este año: nada menos que una orquesta completa ejecutando en vivo canciones que alumnas de la escuela de danzas de Lorena bailaron con la gracia a la que ya nos tienen acostumbrados. Ante tan poderosa manifestación de belleza uno no puede menos que preguntarse como podrá superarse esto en el año próximo y Lorena y su gente siempre lo logran. Pero no todo estaba visto; algunos números sueltos más como "El destapa cañerías; La comparsa "los Hijos del cielo" de América; El caballo/tambor que está apareciendo todos los años desafiando al público a montarlo y por fin, cerrando el desfile otro número esperado, más aún con el gran trabajo que presentaron el año pasado llevándose el primer premio: Los chicos de la UTV en este año presentando "La UTV en la selva"; un enorme King Kong dominando la carroza, cazadores y gorilas muy bien logrados volvieron a arrancar el aplauso del público. 
Una lamentada ausencia
Se había promocionado la presencia de Hernán Piquín y Noelia, interpretados por Ciro Nicola y una acompañante. Ya listos para iniciar la presentación sumándose a la Banda Kopa2, la "partenaire" de Ciro entró en "pánico escénico" y no hubo forma de convencerla para que ingresara al corso. Esperamos que Ciro pueda contar al fin el próximo sábado con una acompañante que le permita poner, como ya nos tiene acostumbrados "El Tano" una de las notas más esperadas de nuestro carnaval.
Aciertos
Hubo un muy buen dispositivo de cantinas y si bien este año no hubo mozos, otro acierto considerando el insufrible trabajo de quienes tenían que andar esquivando chicos y grandes corriéndose con nieve, tratando de llegar con toda la carga a las mesas; el público tuvo a la mano bebidas y comestibles ya que también abnegados servidores empujando carritos con un servicio móvil trataban de cubrir al demanda especialmente de las personas mayores que no podían desplazarse hasta alguno de los puestos de venta.
La conducción tuvo a los mismos actores del año pasado: Pedro Yeregui; Mónica Tirone; Darío Penacino y el villeguense Fernando Sienrra. Emmanuel Chiapello y su ayudante Marcelo Irusta debutaron con el audio de la cooperativa y pudieron cumplir correctamente con el servicio pese a que, el breve aguacero del comienzo les complicó las cosas.
En resumen un muy buen espectáculo que, de darse una noche linda de las tantas que tuvimos en las semanas anteriores, seguramente por la expectativa creada, hubiera sido récord histórico la asistencia de público.
A tomar nota
Apuntábamos al comienzo de esta crónica la angustia que provocaba el estado del tiempo llenando de incertidumbre no solo a los organizadores sino a todo el pueblo que ama esta fiesta. Sin pretender ser dueños de la verdad, volvemos a insistir en considerar la celebración del carnaval en las fechas que se han dispuesto para ello, tratando de ubicarlo en la primera quincena de febrero si fuera posible. No solo hay que pensar que la no realización de la fiesta por mal tiempo perjudica en la faz económica a Fútbol Club lo que representa algo muy serio ya que es la principal fuente de ingresos de la institución en todo el año. Hay que considerar el impresionante trabajo de todos los que se abocan a darle  brillo al carnaval con lo que preparan para presentar en el corso. Muchas horas de ensayo, de preparación de vestuario; muchas voluntades que podemos estimar sin equivocarnos en alrededor de 400 personas le ponen el alma generosa y desinteresadamente, en la mayoría de los casos, al corso de Bunge; incluso numerosas personas de Piedritas viajando hasta tres veces por semana a Bunge para integrarse a los números locales. De allí estimamos brotaba la angustia: de ver como la lluvia, aún cuando es tan esperada por todos pero no en el momento del carnaval, podía abortar tanto esfuerzo y dedicación. Por ello invitamos a tomar nota del difícil momento vivido y achicar el riesgo de quedarnos con las manos vacías. Una suspensión de fecha a esta altura del calendario  obligaría a dejar a mitad de camino lo que se ha preparado con tanto empeño. Por ejemplo, muchos jóvenes que integran los disfraces, cuerpos de bailes y batukadas, son estudiantes universitarios; quieren estar en el carnaval de su pueblo pero, ya en marzo la gran mayoría debe emigrar a las grandes ciudades por sus estudios. Puede llover en cualquier fecha que se programe pero hay que achicar el riesgo; no lo es lo mismo suspender una noche en el segundo fin de semana de febrero que en el comienzo de marzo. Creo que vale al menos intercambiar ideas y determinar que es lo mejor.




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