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Noticias de Emilio V. Bunge, localidad del partido de General Villegas, Provincia de Buenos Aires en la República argentina. 2500 habitantes, economía agrícola ganadera y una industria lactea de importancia que da trabajo a alrededor de 80 operarios.Fundado el 5 de abril de 1905 por el doctor Emilio Vicente Bunge.
martes, 17 de diciembre de 2019
viernes, 6 de diciembre de 2019
“El Mingo” llegó a la casa que le faltaba
Sin aviso previo, el
sodero del pueblo, hoy no hizo el reparto. Se fue a entregar lo vivido a la
casa del Padre.
Domingo Arribas con su caballo y carro en Noviembre de 2012. |
Allá por la década de 1950, por
ver lo que no tenía que ver, lo echaron del colegio del Hogar Nazaret en
Lincoln, y sus padres que vivían en Coronel Granada, se lo mandaron a los tíos
Avelino y Esperanza, a un tambo en la zona de “El Chingolo”. Se educó en la
escuela con “un maestrón” como él la llamaba, a Nélida Careaga de Siri; jugaba
a la pelota y se agarraba a las piñas también con sus compañeros; anduvo de
tambero por su cuenta hasta la emprendió
de panadero en otros pagos.
En una nota que le realizara Luci
Gutiérrez Giraudo para “El Aguacero” en Noviembre de 2012, contaría como empezó
con el oficio que los hizo meterse en los patios de todas las casas de Bunge:
“En el 80’ ya radicado en Bunge, compré la sodería de Ramón Martínez. Repartía
la soda en un carro que me había prestado la señora de José Macario y con un
caballo de Vicente Gauna. Al correr el tiempo, solo fui cambiando los caballos.
Siempre lo hice solo, pero cuando me operaron de una hernia, Lorenzo Nievas “El
Lencho”, manejó el carro con “El Negro” de Armas durante tres años”. Contaría
después que un día se le disparó el caballo, se asustó y decidió motorizarse.
Antes del alba, “Mingo” ya estaba
en actividad. Diría también en esa linda nota: “Salgo a las seis de la mañana
hasta que termino de repartir. Si llueve no salgo. Preparo un día antes las
sodas a base de gas carbónico y el resto agua. Generalmente uso una máscara
para cubrirme por si alguien destapa los sifones y les queda gas”.
Armó una hermosa familia con
Susana Giacobone. Se casaron en 1977 y del matrimonio nacieron dos hijas:
Vanesa y Gabriela.
“Mingo” ha pasado entre nosotros,
repartiendo no solo soda y agua envasada, si no nobleza; decencia. Llevaba a
cuestas algunos dolores, me confesó alguna vez: haber sufrido ese viejo asunto de tender una mano a quienes
después perdieron la memoria de sus compromisos, pero, jugando con su apellido,
podemos afirmar que, pocos están como él, bien arriba
en el corazón de los vecinos.
Seguramente podrá venir otro a
traer a casa “el agua con cosquillas”; lo que nadie podrá reemplazar es esa imagen
del inquieto vasquito, primero en la cola del banco todos los días, o cruzadito
de brazos recordando cosas o comentando la actualidad en alguna esquina.
¡Querible, muy querible “El
Mingo! Y si bien estuvo soleado, para muchos de nosotros fue un día gris. El
sodero madrugador, fue a apagar su propia sed de eternidad, a la casa de Tata
Dios. ¡Gracias Mingo! Te vamos a extrañar… ¡y cómo!
Tomás
Eduardo Penacino
4 de diciembre de 2019
"Mingo" (4° de la izq. arriba) junto a ex compañeros de la Escuela del paraje "El Chingolo", el 5 de abril de 2018. Cena en el Centro de Jubilados y Pensionados de Emilio V. Bunge |
martes, 26 de noviembre de 2019
Para seguir dando luz
Después de una larga convalecencia, falleció en Bunge el
querido vecino Horacio Marra.
Horacio junto a su familia en febrero de 2018 |
Este martes 26, el pueblo amaneció con la triste noticia
de la muerte de Horacio Heriberto Marra, el hijo mayor del hogar fundado por
Berardo” Cholo” Marra y Teresa Pascuali.
“Guadaña” como muchos cariñosamente lo apodaban, formó un
hogar junto a María Virginia Iturria y de dicha unión, nacieron sus dos hijos:
Daniel y Elina.
Horacio fue uno de los primeros empleados de
la cooperativa eléctrica a la que ingresó como contratado en 1965, para tomar
estado de medidores y realizar cobranza. Se retiró de la cooperativa en
diciembre de 1971. De aquella época, alguna vez compartió sus recuerdos: “Trabajé en el tendido de la línea detrás de
la vía. No tenía luz el “Barrio Norte”. La línea la hicimos con materiales de
Bunge. Las columnas las hizo “El Vasco” (Miguel) Malas Echeverría, que tenía una fábrica de blocks. Marcelino Hernández
era el encargado de hacer los pozos a pala. Cargábamos las columnas con el
camioncito Chevrolet 28’. Era un Ford “T” que había sido de “Moraglio y Marra”
y le habían puesto un motor de Chevrolet. Tenía una marcha para adelante y la marcha atrás, y sin
frenos. Había que frenar con la caja. En el pozo poníamos una tabla;
levantábamos la columna a soga hasta que caía dentro del pozo.(…). “No había
herramientas. Cada uno tenía su pinza; te la tenías que comprar vos”.
“Una vez se rompió el
camioncito y (Pedro) Pasquini nos prestó el carrilín que tenía un caballo
blanco mansito. Tenía que cambiar los focos de los faroles de la calle. Eran
focos de 200 w que se quemaban cada dos
días. ¡Era suicida lo que hacíamos! Poníamos el carrilín bien debajo del farol; sobre el carro apoyábamos la escalera
de dos hojas y con una mano
desenroscábamos el foco quemado y con la otra nos teníamos de la escalera. Por
suerte el caballo nunca se movió”.
Horacio, después de la cooperativa, montó en
el garaje de la casa paterna, su taller de electricidad del automotor, hasta
que pudo levantar su propio taller, en el terreno donde antiguamente estaba la
pista de Fútbol Club.
La
pesca: su pasión
Nuestro vecino encontraba en la pesca
deportiva, un magnífico pasatiempo. Con distintos compañeros, o con su esposa
Virginia, los fines de semana partía hacia las lagunas de la zona a “despuntar
el vicio”. Horacio decía siempre que “el
peor día de pesca era mejor que el mejor día de “laburo”.
En una nota que realizamos para “El Aguacero”,
en junio de 2017, rescató numerosas anécdotas de su afición al deporte de la
caña y los anzuelos: “Cuando
empezamos a ir a Onagoity había una islita donde
se pescaba lindo. Había que
llegar caminando por el agua, que te llegaba a la cintura. Carlos Marra nos
dice: “Voy a ir a un remate de chatarra del Ejército y voy a ver si les consigo
un bote de desembarco”. Apareció un día con uno, donde cabían seis personas.
Era de lona, tenía piso de madera y dos remos a pala. Llegamos a la laguna y lo
inflamos con un fuelle. Había ido “Nino” Bochi de Villegas, pariente de “Tito” Marengo,
que le había agarrado un
infarto hacía poco y no podía hacer fuerza. Subimos los seis y salimos para la isla; anclamos, bajamos,
pescamos todo el día. A la tardecita cuando salimos, el bote estaba desinflado.
Algunos se fueron caminando. Con Tomás Vaqueiro, intentamos llevarlo para la
costa y en un momento se dobló al medio. Nos tiramos al agua; me acuerdo que yo
tenía un pulóver de lana hilada. ¡Lo que pesaba! El agua casi nos tapaba y con dos
sogas que atamos, lo fuimos llevando”.
No dudamos que por sus valores humanos Horacio
seguirá dando luz a su familia y a todos los que han compartido con él, horas
de trabajo y esparcimiento.
¡Hasta más vernos!
Horacio Marra (3° de la derecha) junto a otros pescadores en la casa
de Ariel Poy, en Junio de 2017
|
jueves, 21 de noviembre de 2019
Recibir la vida como viene
Con la
presencia del padre “Pepe” Di Paola, fue presentado el centro terapéutico “Hogar
de Cristo” que comenzará a funcionar en el barrio “La Trocha” de General
Villegas.
(De lizq.): Padre Daniel Cassani; Monseñor Ariel Torrado Mosconi; Intendente municipal Eduardo Campana; Padre Pepe Di Paola y Romina Domínguez. |
El
miércoles 20 de Noviembre en el salón parroquial, fueron convocados
representantes de distintas instituciones y público en general, para compartir
un hecho de alto impacto social para la comunidad villeguense.
Gracias
a un convenio entre el Obispado de 9 de Julio y la Municipalidad de General
Villegas, se concretó la fundación de un centro terapéutico para la atención de
población con situaciones de vulnerabilidad social y/o consumo de sustancias
psicoactivas. El modelo llamado “Hogar de Cristo”, fue impulsado hace 12 años
por el sacerdote “Pepe” Di Paola junto a otros sacerdotes y se ha extendido por
todo el país.
Se
encontraban presentes junto al padre Di Paola, el intendente municipal Eduardo
Campana, el obispo de 9 de julio Ariel Torrado Mosconi, el cura párroco local
Daniel Cassani y la secretaria de desarrollo social Romina Domínguez Carvalho.
De
la actual parroquia del Padre Pepe, también participaron del encuentro, el
director del “Hogar de Cristo” de la parroquia San Juan Bosco en José León
Suarez, Marcos Liberatore y uno de los coordinadores de los hogares de Cristo
en la diócesis, Flavio Alman.
El
intendente dio la bienvenida y agradeció a quienes lo acompañaban en la mesa. Inmediatamente, se llevó a cabo una conferencia de prensa,
que se prolongó por espacio de media hora.
La
primera pregunta fue para el Padre Di Paola quien puso de relieve el valor del
emprendimiento:
“Una
comunidad puede darle lugar a aquellos jóvenes que esta atravesados por el
problema de la droga; que se haga cargo
de atenderlos y darles una propuesta de vida
a los jóvenes, es muy proactivo. Está demostrado y en estos doce años,
tenemos jóvenes que han retomado su pareja; se han ocupado de sus hijos; han
comenzado y han terminado estudios, están trabajando. Ha sido la comunidad la
que les ha dado esa posibilidad. El concepto que manejamos es el de “la
comunidad organizada” que dio tantos frutos en Argentina desde hace 70 años a
esta parte”.
Los centros terapéuticos tienen como lema, “abrazar la vida como
viene”, y explicó el sacerdote que están
nucleados a nivel país, bajo la forma de una federación conocida como
“Federación de centros barriales Familia Grande Hogar de Cristo”.
En
cuanto a la propuesta, la misma contempla un tiempo de desintoxicación si es
necesario y camino espiritual. Luego, el acompañamiento de profesionales y
voluntariado y la realización de distintas propuestas que van desde el deporte
a las artes; de la huerta a aprender un oficio, van fortaleciendo a los
concurrentes para que puedan volver fortalecidos a sus ámbitos y armar un
proyecto de vida.
Consultado sobre las barreras que los
jóvenes deben atravesar hoy, además de las adicciones señaló: “Nosotros no nos
ponemos a mirar solamente la relación de la droga con el joven, sino también lo que fue su vida. Ese joven
tiene un problema que arrastra a lo mejor de su familia, ese joven no tiene
capacitación para el trabajo; quizá nunca tuvo la oportunidad de estudiar;
viene de varios fracasos en su viuda particular, de familia, quizá hasta no
tiene documentos. Por eso es importante un abordaje en forma completa. El “Hogar
de Cristo” tiene que estar articulado y aprovechar las cosas que el Estado u
otras organizaciones, tienen para dar respuestas en forma integral”.
Para retomar el buen camino
En
cuanto a la captación de los posibles concurrentes, dijo: “Muchas veces la
persona nos tiene que ser sugerida. A veces llegan de algún patronato, del Estado que le sugiere acercarse al “Hogar
de Cristo”. Que exista el centro barrial, es muy interesante. Muchas veces el
director/directora de una escuela secundaria, no sabe qué hacer con un chico que es adicto. No lo
quiere excluir del aula y con toda razón, porque lo aprecia, porque valora que termine sus estudios pero, por
otro lado, sabe que no lo está ayudando si no le dice nada, Lo mismo pasa si en
alguno de los clubes, alguien que está integrando algún equipo, de pronto se
sabe que se está drogando y no pueden abordar del problema en el club para ayudarlo. Ya teniendo un lugar,
hace que las distintas instituciones, comiencen a tomarlo también como propio.
Creo que los adultos que dirigen instituciones, tienen que saber acercarse y sugerirle
que el centro barrial, es el lugar apropiado para que pueda seguir con
su escuela, con su equipo en el club,
para que pueda cambiar. Tiene una oportunidad para que retome el buen
camino. Esto es responsabilidad de todos
y también de los medios, porque van a
poder sugerirles que se acerquen a ese lugar”. Agregó: “Se sabe que “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Comenzamos
hace 12 años teniendo solamente un salón;
a partir de ahí nació “El Hogar de Cristo”. El proyecto va tomando confianza
cuando ven los mismos jóvenes, que otros jóvenes están mejor. Son esos jóvenes
los que van siendo los mejores
misioneros; una vez que cambian, van
contagiando a sus propios compañeros. A nosotros nos pasó que Bergoglio (Jorge)
vino a inaugurar “El Hogar de Cristo” con el lavatorio de los pies del Jueves
Santo. No pudimos juntar 12 apóstoles, eran siete. ¿Qué es lo importante?: que
esos siete anduvieron bien y empezaron a venir tantos, que tuvimos que
organizarnos mejor; barajar y dar de nuevo”.
Visibilizar las situaciones de riesgo y
hacerse cargo
Algunos
tienen fuertes adicciones y hay jóvenes que se acercan que tienen mucha soledad,
mucho riesgo, mucha vulnerabilidad”.
“Para
nosotros es una gran esperanza poder estar poniendo esta “gotita de agua en el
océano”, como dice la Madre Teresa, y visibilizando la problemática, para que
todos como comunidad, nos hagamos cargo.
No tirar la pelota afuera
Suma de voluntades
La secretaria de Desarrollo Social, Romina
Domínguez, dejó su impresión: “Fue un proceso largo, con el trabajo de mucha
gente. En lo personal para mí ha sido realmente muy importante. Quiero
agradecer el apoyo incondicional del Departamento Ejecutivo; un agradecimiento
al intendente y a todo su equipo que han decidido acompañar y visibilizar esta
problemática que en Villegas no es menor.
Hemos trabajando arduamente; Cedronar nos ha dado una mano enorme; a quien tengo a mi derecha (por el padre Pepe)
y su equipo; Marcos (Liberatore) se ha vuelto un compañero de camino enorme. La
verdad es que si ellos, no hubiéramos podido llevar esto a cabo”.
“Las
necesidades creo que exceden al barrio y tienen que ver con las necesidades de
una comunidad, de un consumo que por el tipo de sociedad en que vivimos, está
al alcance de la mano todos, sin
distinción de ningún tipo. Como dice el padre Pepe “tomar la vida como viene”
sin juzgar y hacer del “Hogar de Cristo”, una familia grande para todo aquel
que lo necesite en Villegas”. Romina también agradeció el acompañamiento del Concejo
Deliberante, quien aprobó por unanimidad el proyecto.
Estar al lado de la gente
El
Intendente Campana, antes de retirarse para estar presente en el acto anual de
premiación del Rotary Club, manifestó: “En realidad deseo reiterar el
agradecimiento; este es el motivo y el compromiso, para continuar estos cuatro
años de gobierno. (…) Desde el momento en que nosotros pensamos en la
solidaridad, en el amor al prójimo y en el poder dar, lo que podemos ofrecer es
la responsabilidad y el trabajo. Hay que
ir avanzando en esa línea, porque hay mucha gente que lo necesita y no
la está pasando bien; hay que estar al
lado de ellos. Quiero agradecer el acompañamiento de los concejales y de las
instituciones. Vamos a necesitar de
ellos apoyando, para que este proyecto, no muera en el intento y tenga un
futuro promisorio.
La vida en juego
Rico
intercambio
Posteriormente, representantes de
distintas instituciones presentes, no solo de General Villegas sino también de
Banderaló, Emilio V. Bunge e incluso de distritos vecinos, realizaron diversas
consultas y aportes.
En cada una de las intervenciones el
Padre Pepe fue brindando más datos acerca de la labor que se lleva a delante en
los centros barriales que él resumió en un programa que llamó “Capilla, Colegio
y Club”, como áreas neurálgicas para hacer aportes que favorezcan a las
personas que enfrentan alguna de las problemáticas planteadas. Se escucharon
propuestas para trabajar en red con las escuelas locales, con el CPA y otros
organismos. También hubo ofrecimientos para que el centro barrial pueda llevar
adelante distintas actividades como es el caso de capacitación para el trabajo;
actividades culturales como el teatro; etc.
domingo, 18 de agosto de 2019
Unidos por los chicos
Con un gran marco de gente, se festejó el
“Día del Niño” en la Casa de la Cultura.
El
domingo 18, sobre Emilio V. Bunge se
presentó frío y con algo de viento, propio del mes de Agosto. Esto no amedrentó
a numerosas familias que se dieron cita en el patio de la Casa de la Cultura
para vivir una tarde, a la que no le
faltó ninguno de los condimentos que la fecha requería.
Prácticamente
todas las instituciones de la comunidad, hicieron su aporte para que la fiesta
fuera posible.
Después
de las dos de la tarde, munidos de equipo de mate y reposeras, se armaron
ruedas de padres por todos lados, en tanto el sol se asociaba arrimando sus
tibios rayos.
En
el salón cubierto, algunos artesanos locales exponían sus creaciones. En tanto
los Bomberos Voluntarios fueron armando un circuito y los jóvenes del grupo
parroquial disponían distintos juegos; la Biblioteca “Maestro Trombotto” armó
un rinconcito con libros; un par de
peloteros inflables estuvieron desde hora temprana a disposición de los
pequeños en tanto Mariano Barreira, inundaba el aire de música.
Manos y corazones arriba
Puso
en marcha la música y la danza el dúo “Las Jupanas” integrado por Gisela
Larramendy y Magali Ibáñez, quienes hicieron bailar a grandes y chicos. Luego
los niños fueron recorriendo el circuito de bomberos y también hicieron
práctica guiada de manejo de las mangueras con agua. Algunos chicos se prendieron
en un partido de fútbol, las nenas se hacían pintar sus caritas con los jóvenes
del grupo misionero y también con “Las Jupanas”; otros afinaban su puntería con
el “tumbalatas” o acertando con los aros.
Chocolate, tortas…. ¡y regalos!
Llegó
después la torta y el riquísimo chocolate que fue repartido por los voluntarios
entre la multitud.
Se
habían preparado más de 300 bolsitas con golosinas, tarea a cargo del Jardín de
Infantes, en tanto que el grupo juvenil de la Parroquia “San Juan Nepomuceno”,
logró reunir en la semana una gran cantidad de juguetes, que fueron repartidos
entre los niños.
Cerca
de las 5 de la tarde, y cuando el frío amenazaba con pegar la vuelta por el
lugar, Gisela y Magali volvieron a
convocar al baile, para realizar un hermoso cierre.
La
bella jornada vivida puso de manifiesto una vez más, lo que es posible lograr
cuando hay un objetivo común y todos se suman para hacer lo que más nos gusta a
todos: ¡compartir la vida!
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