Tal vez hayan sido muchachos que salieron de la reunión bailable en el Club Social del último viernes con sus tanque llenos u otros que , por acortar la noche, se dieron a romper vidrios de varias viviendas y locales de comercio del pueblo. Se supone que todo sucedió cerca de la madruga, cuando ya la lluvia y el viento habían cesado pero, son todas suposiciones. Lo cierto es que varios vecinos se despertaron el sábado con la ingrata novedad y pudimos saber que se formuló la denuncia policial correspondiente. Hace algunos días ladrones se llevaron de la carnicería de Omar Sedda un magro botín entrando por los fondos de su local de comercio de la calle Gobernador Arias.
Seguramente a través del foro de seguridad o peticionando ante las autoridades policiales y políticas, es hora de reclamar con insistencia un mayor patrullaje de la policía en las horas en que justamente las sombras se convierten en aliados de los que ponen en peligro la convivencia. El pueblo siempre ha mostrado con orgullo la tranquilidad de sus días aunque ya no de sus noches.
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