Después de 34 años ejerciendo la docencia, primero como docente y luego como directora del Jardín de Infantes "Rosario Vera Peñaloza", alcanzó la merecida jubilación nuestra querida vecina Graciela Cannarella de Ponzio. El jueves 30 de junio el salón de actos del jardín estaba desbordado por el público presente. Docentes, ex compañeros; ex alumnos; padres y abuelos; los niños de hoy y de ayer; papá Juan, mamá María; Hugo el esposo, sus hijos, Alberto (Tito) su hermano; amigos...ahí estaban emocionados tanto como la "entrañable gordita" que aún en medio de la procesión interna de esas horas, no dejó de ofrecer su mayor capital: la simpatía. Desde el humor, pero también desde la emoción y la memoria agradecida, se le ofrecieron a modo de regalo alguna representaciones interpretadas por vecinos de la comunidad. Hubo palabras, lágrimas y como no podía ser de otra manera estando Graciela cerca, chocolate y torta. Definitivamente Graciela ha entrado en la historia de nuestro pueblo pero ningun bungense se la imagina todo el día sentada frente al televisor tomando café o acompañando a Hugo en el camión. El pueblo la necesita con todo lo que puede y debe seguir entregando desde esos valores muy firmes en ella de la conciencia solidaria, el trabajo en equipo, la limpieza de alma y el don de la alegría que tanto se necesitan para construir el tejido comunitario. ¡Gracias Gra...Gracias Seño..., Gracias vecina... Como alguien te dijo ayer: ¡No te jubilaste...estás lista para cobrar tus haberes jubilatorios! ¡El que tiene el oficio de amar y servir nunca se jubila!
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